lunes, 15 de mayo de 2017

¿PUEDE CONSIDERARSE EL ESPACIO GEOGRÁFICO COMO UN SISTEMA DE OBJETOS Y SISTEMA DE ACCIONES?



¿PUEDE CONSIDERARSE EL ESPACIO GEOGRÁFICO
COMO UN SISTEMA DE OBJETOS Y SISTEMA DE ACCIONES?
POR: HUMBERTO SUAREZ

Tal como se ha abordado en tópicos anteriores hablar de espacio geográfico no es un tema sencillo, aún cuando así pareciera, existen diferentes enfoques, corrientes de pensamientos, teorías y planteamientos que enriquecen el debate sobre lo que realmente implica el término, sin embargo, todos generalmente parten de lo mismo: que se trata del lugar en el cual se desarrolla la vida de los seres humanos, esto nos remite a comprender que existe sin duda alguna en esta afirmación un componente natural y otro social; claramente la naturaleza siempre ha formado parte de la superficie del planeta, pero como sostiene Santos (2000) “a medida que la historia va evolucionando, la configuración territorial la van constituyendo las obras de los hombres”, como edificios, carreteras, plantaciones, puertos, fábricas; que modifican el espacio originario, en una “naturaleza totalmente humanizada” en palabras del mismo autor.



En este orden de ideas, basta observar a nuestro alrededor para comprender los planteamientos de este gran estudioso Milton Santos, quien en su libro “la naturaleza del espacio”, enfrenta a los interesados en el análisis geográfico a una serie de contradicciones conceptuales inherentes a la disciplina, y que dan pauta para reconsiderar viejos debates sobre la configuración social del espacio, al señalar, por ejemplo, que la geografía “se podría construir a partir de la consideración del espacio como un conjunto de fijos (permiten acciones que modifican el lugar) y flujos que recrean las condiciones ambientales y sociales, redefiniendo el lugar”; en otras palabras, los fijos son aquellos elementos que se encuentran asentados al territorio (un árbol, un río, una montaña) pero también una casa, una fábrica, un puerto, pues no existe distinción entre naturales o materiales; mientras que los flujos, citando al mismo autor “son resultado de las acciones y atraviesan o se instalan en los fijos, modificando su significación y valor, al tiempo que ellos mismos se modifican”.


 Partiendo de esto, es posible señalar que en la actualidad los elementos que integran el espacio (los fijos) se han vuelto cada vez más artificiales y están más fijados al suelo, mientras que los flujos son constantemente más diversos; en este sentido, se puede afirmar que en la medida que la historia va evolucionando se va tendiendo de una naturaleza originaria a una humanizada, como indicaba el autor previamente; y es que la naturaleza por así llamarla “artificial” tiende a actuar como una máquina, donde el espacio es un sistema de objetos artificiales y cada vez más tendientes a fines extraños tanto al lugar como para sus habitantes. Razón por la cual los sistemas de objetos condicionan la forma en que se dan las acciones y el sistema de acciones a su vez lleva a la creación de objetos nuevos, o se realiza sobre objetos preexistentes.


Es desde esta óptica planteada por Santos, que es posible afirmar que el espacio “está formado por un conjunto indisoluble, solidario y también contradictorio, de sistemas de objetos y sistemas de acciones no considerados aisladamente, sino como el contexto único en el que se realiza la historia”. Así, el espacio se encuentra en una dinámica de transformación constante. (pp. 54-55). Sin embargo, el autor aclara que el tema central de la geografía no son los objetos ni las acciones por separado, sino objetos y acciones tomados en conjunto. Donde se recuerda que los resultados de la acción humana no dependen únicamente de la racionalidad de la decisión y de la ejecución, sino también, de la naturaleza humana y del carácter humano del medio; donde un nuevo sistema de objetos responde al surgimiento de cada nuevo sistema de técnicas, donde existe también un nuevo ordenamiento de objetos (p. 80). Cuando la sociedad actúa sobre el espacio, no lo hace sobre los objetos como realidad física, sino como realidad social, es decir, objetos sociales ya valorizados a los cuales la sociedad busca ofrecer o imponer un nuevo valor (p. 91).
se modifican”. 


Ya profundizando en este enfoque de sistema de objeto y sistema de acciones, es necesario clarificar ¿Qué se considera un objeto? ¿Cuáles tipos de objetos existen? ¿Es igual hablar de objetos que de cosas? Empecemos por este último, hay estudiosos que distinguen los objetos de las cosas, para ellos estas son el producto de una elaboración natural, mientras que los objetos de una elaboración social; dicho de otra forma, las cosas serían un don de la naturaleza y los objetos un resultado del trabajo; en concordancia, han surgido numerosos estudios sobre si en el espacio geográfico está compuesto por cosas o por objetos, abriendo amplios debates que no vienen al caso, como por ejemplo Monod (1974) quien asevera que “hay objetos naturales, y artefactos”, complicando aun más la comprensión de la idea.


No obstante, lo que es importante rescatar de todo esto, es que indudablemente hoy los objetos han tomado el lugar de las cosas; ya que si bien en un principio todo lo que existía eran elementos naturales, en la actualidad estos han sido utilizados y modificados por la “acción” del hombre convirtiéndolos en objetos. Es decir, que la naturaleza se transforma en un sistema de objetos, y el movimiento ecológico completa el proceso de desnaturalización de la naturaleza, dando a ésta un valor; pero es que también Moles (1961), señala que “un objeto es un elemento del mundo exterior, fabricado por el hombre y que este debe asumir o manipular”; desde este enfoque el objeto se trata de algo independiente y móvil, generando una complicación para la utilización del término en geografía, ya que ésta trabaja con objetos fijos, que son considerados objetos geográficos; afortunadamente, desde principios de siglo ya Voeikoff había distinguido que existen objetos móviles (objetos sobre los que los hombres disponen de control), e inmóviles. 


En otro orden de ideas, y ya para ir concluyendo, es posible generalizar un poco los planteamientos sobre el espacio geográfico visto como un sistema de objetos y sistema de acciones, a través de varios ejemplos prácticos:
·         En primer lugar tenemos el caso de los ríos, un sistema de objetos, y cerca o en él, se encontrará siempre cierto tipo de vegetación que nace, crece e inclusive muere, producto de diversas acciones, como el sistema de vida de la flora.
·         En segundo lugar, en el plano material, se encuentra el caso de una red o vía férrea, que a su vez está ligada con una locomotora, los mismos conforman un sistema de objetos, que unidos a través de procesos y acciones conforman un sistema de transporte. 

·         

·         Un tercer y último ejemplo sería el caso de nuestro espacio geográfico venezolano, que desde tiempos remotos ha contado con incontables recursos naturales: montañas, llanuras, desiertos, ríos, entre otros, conviviendo en forma armónica con nuestros primeros habitantes, los indígenas, pero que luego del proceso de colonización española sufrió modificaciones con la construcción de casas, puertos y vías de acceso, que de una u otra forma, a través de sus acciones y de procesos naturales fueron modificando el espacio, tal como se observa en los presentes cartogramas, como era el mapa de nuestro país en tiempos coloniales, contrastado con el territorio actual.
 Mapa de la Provincia de Venezuela en 1760.


Mapa del relieve de Venezuela actual.

Para finalizar, es necesario reconocer que el autor Milton Santos nos invita a reflexionar sobre la estructura de las interrelaciones en el espacio geográfico, en el que se sostienen nuevas formas de conflictos, movimientos y decisiones, lo que da pauta a constituir una forma de defensa o resistencia, pero al mismo tiempo una forma de incorporación o no segregación. Así, el reconocimiento de categorías de análisis internas y externas son fundamentales para entender los actuales procesos geográficos.
En el siguiente enlace podrán observar los componentes del espacio geográfico.

FUENTES CONSULTADAS:
·      Moles, A. (1961) “Objeto y comunicación”. Editorial Tiempo Contemporáneo. Buenos Aires.
·      Monod, J. (1974) “El azar y la necesidad. Ensayo sobre la filosofía natural de la biología moderna”. Editorial Monte Ávila. Barcelona.
·      Santos, M. (2000) “La naturaleza del espacio”. Editorial Ariel. España.



No hay comentarios:

Publicar un comentario