¿PUEDE
CONSIDERARSE EL ESPACIO GEOGRÁFICO
COMO
UN SISTEMA DE OBJETOS Y SISTEMA DE ACCIONES?
POR:
HUMBERTO SUAREZ
Tal como se ha abordado en tópicos anteriores hablar de
espacio geográfico no es un tema sencillo, aún cuando así pareciera, existen diferentes
enfoques, corrientes de pensamientos, teorías y planteamientos que enriquecen
el debate sobre lo que realmente implica el término, sin embargo, todos
generalmente parten de lo mismo: que se trata del lugar en el cual se
desarrolla la vida de los seres humanos, esto nos remite a comprender que
existe sin duda alguna en esta afirmación un componente natural y otro social;
claramente la naturaleza siempre ha formado parte de la superficie del planeta,
pero como sostiene Santos (2000) “a medida que la historia va evolucionando, la
configuración territorial la van constituyendo las obras de los hombres”, como
edificios, carreteras, plantaciones, puertos, fábricas; que modifican el
espacio originario, en una “naturaleza totalmente humanizada” en palabras del
mismo autor.
En este orden de ideas, basta observar a nuestro
alrededor para comprender los planteamientos de este gran estudioso Milton
Santos, quien en su libro “la naturaleza del espacio”, enfrenta a los
interesados en el análisis geográfico a una serie de contradicciones
conceptuales inherentes a la disciplina, y que dan pauta para reconsiderar
viejos debates sobre la configuración social del espacio, al señalar, por
ejemplo, que la
geografía “se podría construir a partir de la consideración del espacio como un
conjunto de fijos (permiten acciones que modifican el lugar) y flujos que
recrean las condiciones ambientales y sociales, redefiniendo el lugar”; en
otras palabras, los fijos son aquellos elementos que se encuentran asentados al
territorio (un árbol, un río, una montaña) pero también una casa, una fábrica,
un puerto, pues no existe distinción entre naturales o materiales; mientras que
los flujos, citando al mismo autor “son resultado de las acciones y atraviesan
o se instalan en los fijos, modificando su significación y valor, al tiempo que
ellos mismos se modifican”.
Partiendo de esto, es
posible señalar que en la actualidad los elementos que integran el espacio (los
fijos) se han vuelto cada vez más artificiales y están más fijados al suelo, mientras
que los flujos son constantemente más diversos; en este sentido, se puede
afirmar que en la medida que la historia va evolucionando se va tendiendo de
una naturaleza originaria a una humanizada, como indicaba el autor previamente;
y es que la naturaleza por así llamarla “artificial” tiende a actuar como una
máquina, donde el espacio es un sistema de objetos artificiales y cada vez más
tendientes a fines extraños tanto al lugar como para sus habitantes. Razón por
la cual los sistemas de objetos condicionan la forma en que se dan las acciones
y el sistema de acciones a su vez lleva a la creación de objetos nuevos, o se
realiza sobre objetos preexistentes.
Es desde esta óptica
planteada por Santos, que es posible afirmar que el
espacio “está formado por un conjunto indisoluble, solidario y también
contradictorio, de sistemas de objetos y sistemas de acciones no considerados
aisladamente, sino como el contexto único en el que se realiza la historia”.
Así, el espacio se encuentra en una dinámica de transformación constante. (pp.
54-55). Sin embargo, el autor aclara que el tema central de la geografía no son
los objetos ni las acciones por separado, sino objetos y acciones tomados en
conjunto. Donde se recuerda que los resultados de la acción humana no dependen
únicamente de la racionalidad de la decisión y de la ejecución, sino también,
de la naturaleza humana y del carácter humano del medio; donde un nuevo sistema
de objetos responde al surgimiento de cada nuevo sistema de técnicas, donde
existe también un nuevo ordenamiento de objetos (p. 80). Cuando la sociedad
actúa sobre el espacio, no lo hace sobre los objetos como realidad física, sino
como realidad social, es decir, objetos sociales ya valorizados a los cuales la
sociedad busca ofrecer o imponer un nuevo valor (p. 91).
se modifican”.
Ya profundizando en
este enfoque de sistema de objeto y sistema de acciones, es necesario
clarificar ¿Qué se considera un objeto? ¿Cuáles tipos de objetos existen? ¿Es igual
hablar de objetos que de cosas? Empecemos por este último, hay estudiosos que
distinguen los objetos de las cosas, para ellos estas son el producto de una
elaboración natural, mientras que los objetos de una elaboración social; dicho
de otra forma, las cosas serían un don de la naturaleza y los objetos un
resultado del trabajo; en concordancia, han surgido numerosos estudios sobre si
en el espacio geográfico está compuesto por cosas o por objetos, abriendo
amplios debates que no vienen al caso, como por ejemplo Monod (1974) quien
asevera que “hay objetos naturales, y artefactos”, complicando aun más la
comprensión de la idea.
No
obstante, lo que es importante rescatar de todo esto, es que indudablemente hoy
los objetos han tomado el lugar de las cosas; ya que si bien en un principio
todo lo que existía eran elementos naturales, en la actualidad estos han sido
utilizados y modificados por la “acción” del hombre convirtiéndolos en objetos.
Es decir, que la naturaleza se transforma en un sistema de objetos, y el
movimiento ecológico completa el proceso de desnaturalización de la naturaleza,
dando a ésta un valor; pero es que también Moles (1961), señala que “un objeto
es un elemento del mundo exterior, fabricado por el hombre y que este debe
asumir o manipular”; desde este enfoque el objeto se trata de algo
independiente y móvil, generando una complicación para la utilización del
término en geografía, ya que ésta trabaja con objetos fijos, que son considerados
objetos geográficos; afortunadamente, desde principios de siglo ya Voeikoff había
distinguido que existen objetos móviles (objetos sobre los que los hombres
disponen de control), e inmóviles.
En
otro orden de ideas, y ya para ir concluyendo, es posible generalizar un poco los
planteamientos sobre el espacio geográfico visto como un sistema de objetos y
sistema de acciones, a través de varios ejemplos prácticos:
·
En primer lugar tenemos el
caso de los ríos, un sistema de objetos, y cerca o en él, se encontrará siempre
cierto tipo de vegetación que nace, crece e inclusive muere, producto de
diversas acciones, como el sistema de vida de la flora.
·
En segundo lugar, en el
plano material, se encuentra el caso de una red o vía férrea, que a su vez está
ligada con una locomotora, los mismos conforman un sistema de objetos, que
unidos a través de procesos y acciones conforman un sistema de transporte.
·
·
Un tercer y último ejemplo
sería el caso de nuestro espacio geográfico venezolano, que desde tiempos
remotos ha contado con incontables recursos naturales: montañas, llanuras,
desiertos, ríos, entre otros, conviviendo en forma armónica con nuestros
primeros habitantes, los indígenas, pero que luego del proceso de colonización
española sufrió modificaciones con la construcción de casas, puertos y vías de
acceso, que de una u otra forma, a través de sus acciones y de procesos
naturales fueron modificando el espacio, tal como se observa en los presentes
cartogramas, como era el mapa de nuestro país en tiempos coloniales,
contrastado con el territorio actual.
Mapa del relieve de Venezuela actual.
Para finalizar, es necesario reconocer que el autor Milton
Santos nos invita a reflexionar sobre la estructura de las interrelaciones en
el espacio geográfico, en el que se sostienen nuevas formas de conflictos,
movimientos y decisiones, lo que da pauta a constituir una forma de defensa o
resistencia, pero al mismo tiempo una forma de incorporación o no segregación.
Así, el reconocimiento de categorías de análisis internas y externas son
fundamentales para entender los actuales procesos geográficos.
En el siguiente enlace podrán observar los componentes
del espacio geográfico.
FUENTES CONSULTADAS:
·
Moles,
A. (1961) “Objeto y comunicación”.
Editorial Tiempo Contemporáneo. Buenos Aires.
·
Monod,
J. (1974) “El azar y la necesidad. Ensayo
sobre la filosofía natural de la biología moderna”. Editorial Monte Ávila.
Barcelona.
·
Santos, M. (2000) “La naturaleza del espacio”. Editorial
Ariel. España.
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